Puede afectarte cualquiera que sea tu edad, pues en la aparición de los brotes de acné influyen no solo causas hormonales, también importan tu estilo de vida y cómo te alimentas.
El acné se caracteriza por la aparición de lesiones en la piel provocadas por la infección del poro folicular (orificio de salida del pelo). Estas lesiones suelen adoptar la forma de granos, espinillas negras y manchas rojas e inflamadas.
Suele aparecer durante la adolescencia, debido a la interacción entre hormonas, sebo y bacterias. Los poros de la piel se conectan a las glándulas sebáceas, que producen una sustancia llamada sebo, a través de un canal llamado folículo. Por estos folículos el sebo transporta las células de piel muerta a la superficie de la piel. Ese folículo puede obstruirse por diferentes motivos (al aumentar la actividad de las glándulas sebáceas o por la piel descamada…), impidiendo que el sebo fluya y generando colonias de bacterias. Si el bloqueo es incompleto se forman puntos negros; si es completo, aparecen puntos blancos.
Cuando nos enfrentamos a un caso de acné activo hay que valorar diferentes circunstancias del paciente: edad, hábitos alimenticios, estilo de vida… Tras este diagnóstico previo, la experiencia nos demuestra que la fórmula para acabar con él resulta de la combinación de tres elementos: el apoyo cosmético (cremas con salicílico y retinol), la realización de diferentes tipos de peelings y el uso del láser.
Sin olvidar que cada paciente requiere de un tratamiento personalizado, nuestros casos de éxito comparten una estrategia similar. Realizamos un tratamiento con laser, no ablativo, que eliminará las bacterias que anidan en la piel. Tras revisar la piel entre 7 y 15 días después, valoramos la aplicación de un peeling químico (que elimina las capas superiores de la piel, eliminando marcas y manchas) y de sesiones de láser fotona, que estimula la producción interna de colágeno a la vez que elimina las capas superficiales de la piel.
Con este protocolo, la piel mejora en tan solo tres meses y, lo que nos parece muy importante, este proceso se desarrolla sin medicación.
La experiencia también nos ha demostrado la conveniencia de someter a los pacientes a diferentes test de intolerancias, que nos indican qué alimentos pueden provocar los brotes de acné, para eliminarlos de la dieta habitual. Algo tan sencillo como, por ejemplo, eliminar los lácteos ha acabado con los que se creían persistentes cuadros de acné.
En el caso de que los brotes se deban a un origen hormonal, el tratamiento descrito regula óptimamente la secreción sebácea, eliminándolos definitivamente.