Para el tratamiento de la mirada hay que tener en cuenta los diferentes factores por los que envejece, así como diferenciar las distintas zonas que intervienen en ese envejecimiento.
Por un lado, está el tratamiento de la pata de gallo y arrugas del párpado inferior, originados por la gesticulación y por la pérdida de colágeno y elastina de la piel, que son los encargados de dar firmeza y elasticidad, y por otro, el tratamiento de las bolsas y de las ojeras, en las que la causa principal es la hereditaria y donde también influye la alimentación, el cansancio, la falta de sueño, los problemas circulatorios…
Para el primero, el tratamiento de elección es la toxina botulínica tipo A, que bloquea la contracción muscular relajando la musculatura y evitando que se formen nuevas arrugas.
Otro tratamiento de elección es la mesoterapia con vitaminas o con PRP (plasma rico en plaquetas, que revitaliza la zona a tratar. Consiste en aplicar microinyecciones de diferentes sustancias para estimular el colágeno y basta con hacer sesiones quincenales.
También el dermaroller o dermapen, un dispositivo médico similar a un rodillo que realiza diminutas punciones, ayuda a provocar ese estímulo del colágeno y mejorar la zona, con sesiones semanales o quincenales.
Y, por último, también podemos emplear la radiofrecuencia subablativa (e-matrix), un tratamiento que actúa por debajo de la piel produciendo un efecto ablativo de forma fraccionada (en sitios sí, en sitios no) aplicando energía en forma de calor intenso. Las sesiones son mensuales y mínimo se necesitan tres.
Para el tratamiento de la bolsa y ojeras utilizamos los siguientes métodos :
Si la ojera está pigmentada, combinamos tratamiento de peeling con tratamiento cosmético (Obagi) y carboxiterapia, para inyectar pequeñas cantidades de CO2 mejorando la microcirculación de la zona y blanqueado de la ojera.
Si lo que falta es volumen, realizamos infiltraciones con ácido hialurónico específico para esta zona, reponiendo las estructuras a tratar. Incluiríamos laser Fotona, estimulando a través de la conjuntiva el colágeno perdido en esta zona.
Habría que valorar también si el tratamiento de elección fuera el quirúrgico.